¿Cuáles son los deseos de la carne según la Biblia? Descubre la respuesta

La Biblia nos enseña que existen dos fuerzas en constante lucha dentro de nosotros: el Espíritu y la carne. Los deseos de la carne son aquellos impulsos y pasiones que nos alejan de la voluntad de Dios y nos llevan por caminos de pecado y destrucción. En este artículo, exploraremos qué nos dice la Biblia acerca de cuáles son los deseos de la carne y cómo podemos resistirlos.

Contra el Espíritu

En Gálatas 5:17, la Biblia nos dice: "Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis". Aquí vemos claramente que los deseos de la carne están en conflicto directo con el Espíritu Santo que habita en nosotros como creyentes.

Guiados por el Espíritu

En el versículo siguiente, Gálatas 5:18, se nos dice: "Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley". Esto significa que cuando permitimos que el Espíritu Santo nos guíe y nos controle, no estamos sujetos a las demandas y deseos de la carne. En lugar de eso, vivimos en obediencia a Dios y experimentamos la libertad que viene de vivir en el Espíritu.

Las obras de la carne

En Gálatas 5:19-21, se nos presenta una lista de las obras de la carne: "Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas". Estas son las manifestaciones de los deseos de la carne, y la Biblia nos advierte que aquellos que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

No heredarán el reino de Dios

Es importante destacar que la Biblia no está diciendo que aquellos que luchan contra los deseos de la carne y ocasionalmente caen en pecado no heredarán el reino de Dios. Más bien, se refiere a aquellos que viven en prácticas pecaminosas de manera habitual y sin arrepentimiento. Dios nos llama a vivir una vida de santidad y a buscar su perdón y transformación cuando caemos en pecado.

El fruto del Espíritu

Afortunadamente, la Biblia no solo nos habla de los deseos de la carne, sino que también nos muestra el camino hacia la victoria sobre ellos. En Gálatas 5:22-23, se nos presenta el fruto del Espíritu: "Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza". Estas son las características que se manifiestan en la vida de aquellos que están llenos del Espíritu Santo y que permiten que Él los guíe y controle.

Los que son de Cristo

En Gálatas 5:24, se nos dice: "Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos". Aquellos que han entregado su vida a Jesús y han sido transformados por su amor y gracia, han dejado atrás los deseos de la carne y han sido capacitados para vivir una vida en obediencia a Dios.

Vivir por el Espíritu

En Gálatas 5:25, se nos exhorta: "Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu". Esto significa que, como creyentes, debemos permitir que el Espíritu Santo nos guíe en cada aspecto de nuestra vida. Debemos buscar su dirección y obedecer sus instrucciones, renunciando a los deseos de la carne y viviendo en la plenitud del Espíritu.

No hacer vanaglorioso

Finalmente, en Gálatas 5:26, se nos advierte: "No hagamos vanagloria, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros". Los deseos de la carne, como la vanagloria, la ira y la envidia, nos llevan a conflictos y divisiones en nuestras relaciones. En lugar de eso, debemos buscar la unidad y el amor mutuo, permitiendo que el Espíritu Santo transforme nuestros corazones y nos capacite para amar y perdonar.

Los deseos de la carne son aquellos impulsos y pasiones que nos alejan de la voluntad de Dios y nos llevan por caminos de pecado y destrucción. Sin embargo, como creyentes, tenemos el poder del Espíritu Santo en nosotros para resistir y vencer estos deseos. Al permitir que el Espíritu Santo nos guíe y controle, podemos experimentar el fruto del Espíritu en nuestras vidas y vivir en obediencia a Dios. No debemos permitir que los deseos de la carne nos dominen, sino que debemos crucificar la carne con sus pasiones y deseos, y vivir por el Espíritu. Que podamos buscar siempre la dirección y el poder del Espíritu Santo en nuestra vida diaria.

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Misionera Estela Lovo

A quien Dios reveló el día 24 de enero de 2004 a las 4 de la madrugada, que la voluntad de Dios era que fundara EL MINISTERIO NUEVO RENACER.

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