No somos del mundo aunque vivimos en él

Como cristianos, hemos sido llamados a vivir en el mundo pero no ser del mundo. Esto significa que aunque estamos físicamente presentes en este mundo, nuestra mentalidad, valores y prioridades son diferentes a los del mundo. No somos llamados a seguir las tendencias del mundo, sino a seguir las enseñanzas de Cristo y a vivir de acuerdo con su voluntad. En este artículo exploraremos lo que significa ser "no del mundo" y cómo podemos aplicar este concepto en nuestras vidas diarias como cristianos.

¿Somos del mundo o solo vivimos en él?

Esta pregunta puede parecer simple, pero tiene implicaciones profundas en nuestra fe cristiana. Como cristianos, creemos que nuestro hogar no es aquí en la tierra, sino en el cielo con nuestro Padre celestial. Sin embargo, todavía tenemos que vivir en este mundo mientras estamos aquí.

La Biblia nos llama a no conformarnos con los patrones de este mundo, sino a ser transformados por la renovación de nuestra mente (Romanos 12:2). Esto significa que debemos vivir según los valores y principios de Dios, no según los del mundo en el que vivimos.

En Juan 17:14-16, Jesús dice: "No les pido que los saques del mundo, sino que los protejas del maligno. No son del mundo, como tampoco lo soy yo. Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad". Aquí, Jesús está orando por sus discípulos y pidiéndole a Dios que los proteja del mal mientras viven en el mundo.

Entonces, ¿somos del mundo o solo vivimos en él? Como cristianos, somos ciudadanos del cielo (Filipenses 3:20), pero todavía tenemos que vivir en el mundo. Debemos vivir en el mundo sin ser parte de él (Juan 15:19).

Romanos 12:2 - ¿Qué enseña?

El versículo Romanos 12:2 nos enseña acerca de la importancia de renovar nuestra mente para no conformarnos con los patrones de este mundo. El apóstol Pablo nos exhorta a que no nos dejemos moldear por las prácticas y pensamientos mundanos, sino que seamos transformados por la renovación de nuestra mente.

Renovar nuestra mente
Renovar nuestra mente significa cambiar la forma en que pensamos y vemos el mundo. Ya no debemos seguir los patrones egoístas y mundanos, sino que debemos adoptar una perspectiva cristiana. Cuando renovamos nuestra mente, somos capaces de discernir la voluntad de Dios y de tomar decisiones que estén de acuerdo con ella.

No conformarse con el mundo
El apóstol Pablo nos advierte de no conformarnos con los patrones del mundo. El mundo nos presenta una serie de valores y prácticas que no son consistentes con los valores del reino de Dios. Si queremos vivir de acuerdo con nuestra fe, debemos ser capaces de discernir lo que es correcto y lo que es incorrecto, y no seguir simplemente lo que el mundo nos dice que hagamos.

Transformación
El objetivo final de la renovación de nuestra mente es la transformación. Cuando adoptamos una perspectiva cristiana y dejamos de seguir los patrones mundanos, somos transformados. Nuestra forma de pensar y actuar cambia, y nos convertimos en personas más cercanas a Dios.

1 Juan 2:15: ¿Qué Enseña?

1 Juan 2:15 dice: "No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él". Esta escritura nos enseña que como cristianos, no debemos amar al mundo ni a las cosas que están en él. Pero, ¿qué significa esto exactamente?

No améis al mundo: Esto no significa que debamos odiar el mundo o las personas que viven en él. Como cristianos, debemos amar a todos y compartir el amor de Dios con ellos. Pero no debemos amar el mundo en el sentido de aferrarnos a las cosas materiales y las tentaciones que vienen con ellas. Debemos recordar que nuestro hogar no está en este mundo, sino en el cielo.

Ni las cosas que están en el mundo: Esto se refiere a todo lo que este mundo tiene para ofrecer. Las posesiones materiales, el éxito, la popularidad y las relaciones mundanas no deberían ser nuestra prioridad. En cambio, debemos buscar las cosas que son importantes para Dios, como la justicia, el amor, la humildad y la santidad.

Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él: Si nos aferramos al mundo y sus cosas, entonces no estamos amando a Dios como deberíamos. Debemos elegir amar a Dios por encima de todas las cosas y buscar su voluntad en todo lo que hacemos.

Juan 17:15, ¿lo conoces?

Juan 17:15 es un versículo de la Biblia que dice: "No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal". Este versículo se encuentra en el Evangelio de Juan, capítulo 17, donde Jesús está orando por sus discípulos antes de su crucifixión.

Este versículo es importante para entender que como cristianos, no pertenecemos al mundo. Aunque vivimos en él, no somos parte de las cosas malas que suceden a nuestro alrededor. Somos llamados a ser diferentes y a vivir de acuerdo a los principios de Dios.

En el contexto de Juan 17, Jesús está pidiendo a Dios que proteja a sus discípulos del mal mientras están en el mundo. Esto también se aplica a nosotros hoy en día. Necesitamos la protección de Dios porque vivimos en un mundo lleno de tentaciones y peligros.

Como cristianos, es importante recordar que somos llamados a vivir en el mundo, pero no ser parte de él. Debemos mantenernos separados de las cosas malas y hacer todo lo posible para vivir de acuerdo a los principios de Dios.

En definitiva, como cristianos debemos recordar que aunque vivimos en este mundo, no somos del mundo. Nuestra ciudadanía está en el cielo y nuestra misión es mostrar el amor de Dios a través de nuestras acciones y palabras. Debemos esforzarnos por mantenernos alejados de las tentaciones del mundo y seguir el camino de Cristo. Recordemos siempre la promesa de Jesús: "En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo".

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Misionera Estela Lovo

A quien Dios reveló el día 24 de enero de 2004 a las 4 de la madrugada, que la voluntad de Dios era que fundara EL MINISTERIO NUEVO RENACER.

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