donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón según Lucas 12:34

En el Evangelio de Lucas, encontramos una frase muy conocida que dice: "donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón" (Lucas 12:34). Esta frase, pronunciada por Jesús, encierra un profundo significado que nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades y la forma en que vivimos nuestra vida.

Significado de "donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón" según Lucas 12:34

El significado de "corazón" y "tesoro"

Para comprender el significado de esta frase, es importante entender el sentido que se le da a las palabras "corazón" y "tesoro". En la Biblia, el "corazón" se refiere a lo más íntimo que tenemos, lo más escondido y vital. Es el lugar donde residen nuestros valores, es la raíz de nuestras opciones concretas, el lugar secreto en el que decidimos el sentido de la vida.

Por otro lado, el "tesoro" es aquello que tiene más valor para nosotros, lo que nos da seguridad para el hoy y para el futuro. Puede ser dinero, posesiones materiales, reconocimiento social, poder, entre otros. Es aquello a lo que dedicamos nuestros esfuerzos y energías.

La influencia del entorno consumista

Vivimos en una sociedad consumista, en la que constantemente se nos bombardea con mensajes que nos invitan a acumular bienes materiales, a concentrarnos en nuestras necesidades y desinteresarnos de las necesidades de los demás en nombre del bienestar y de la eficiencia individual. Este entorno tiene una gran influencia en nuestras vidas y puede llevarnos a poner nuestro corazón en cosas que no tienen un valor duradero.

La enseñanza de Jesús

Jesús nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades y a examinar dónde está nuestro tesoro. Él nos enseña que donde esté nuestro tesoro, allí estará también nuestro corazón. Es decir, lo que consideramos más valioso en nuestra vida determina nuestras acciones y decisiones. Si nuestro tesoro está en las cosas materiales, nuestro corazón estará enfocado en obtener más y más, en acumular riquezas sin importar las consecuencias.

La opción radical del discípulo de Jesús

La enseñanza de Jesús nos invita a tomar una opción radical y definitiva. Nos dice que Dios Padre es el verdadero Bien, quien debe ocupar todo el corazón del cristiano. Esto implica desapegarnos de las cosas materiales y poner nuestra confianza en Dios. Es una invitación a vivir en la libertad de saber que nuestra verdadera riqueza está en Él y no en las posesiones terrenales.

La riqueza material y la limosna

La dependencia de la riqueza material

La riqueza material puede ocupar nuestro corazón y generar una creciente ansia de poseer más. Nos puede llevar a depender de las cosas materiales para encontrar seguridad y felicidad. Sin embargo, Jesús nos invita a no poner nuestra confianza en las riquezas, ya que estas son efímeras y pueden desaparecer en cualquier momento. En cambio, debemos confiar en Dios, quien provee para nuestras necesidades.

La limosna como cuestión de justicia

En este pasaje del Evangelio, Jesús también nos exhorta a practicar la limosna. La limosna no se trata solo de dar dinero a los necesitados, sino de compartir nuestros bienes con generosidad y justicia. La limosna está dictada por la misericordia, que aligera nuestro corazón y nos abre a la igualdad fraterna. Es una forma de reconocer que todo lo que tenemos es un regalo de Dios y que debemos compartirlo con aquellos que tienen menos.

La verdadera libertad en compartir bienes

Compartir nuestros bienes con generosidad nos libera de la esclavitud de la posesión y nos permite experimentar la verdadera libertad. Al compartir, reconocemos que todo lo que tenemos es un don de Dios y que debemos ser administradores responsables de esos dones. Además, al compartir, nos abrimos a la posibilidad de recibir bendiciones aún mayores, ya que Jesús nos promete que "dar y se os dará" (Lucas 6:38).

La renuncia a las posesiones como demostración de amor

La renuncia a las posesiones materiales no es un fin en sí mismo, sino una demostración de amor a Dios y a nuestros hermanos y hermanas. Al renunciar a lo que tenemos, mostramos que nuestro corazón está puesto en Dios y en los demás, y no en las cosas materiales. Es una forma de vivir el mandamiento del amor al prójimo, que nos invita a amar y servir a los demás como Jesús nos amó y nos sirvió.

La promesa de Jesús

Jesús nos asegura que si ponemos nuestro tesoro en Dios y en las cosas del Reino, seremos bendecidos abundantemente. Él nos promete que "dar y se os dará" (Lucas 6:38), es decir, que si somos generosos y compartimos nuestros bienes con los demás, recibiremos bendiciones aún mayores. Esta promesa nos invita a confiar en Dios y a vivir en la generosidad y la solidaridad, sabiendo que Él proveerá para nuestras necesidades.

La frase "donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón" nos invita a reflexionar sobre nuestras prioridades y a examinar dónde ponemos nuestro corazón. Jesús nos enseña que nuestro verdadero tesoro está en Dios y en las cosas del Reino, y que al poner nuestra confianza en Él, seremos bendecidos abundantemente. Nos invita a vivir en la generosidad y la solidaridad, compartiendo nuestros bienes con los demás y reconociendo que todo lo que tenemos es un regalo de Dios. Que podamos tomar esta enseñanza de Jesús y ponerla en práctica en nuestra vida diaria.

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Misionera Estela Lovo

A quien Dios reveló el día 24 de enero de 2004 a las 4 de la madrugada, que la voluntad de Dios era que fundara EL MINISTERIO NUEVO RENACER.

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