Diferencia entre bautismo y llenura del Espíritu Santo: descúbrela aquí

Si has estado involucrado en el mundo cristiano, es probable que hayas escuchado hablar del bautismo y la llenura del Espíritu Santo. Estos términos pueden generar confusión, ya que a primera vista parecen referirse a lo mismo. Sin embargo, hay una diferencia clave entre ambos conceptos. En este artículo, exploraremos la diferencia entre el bautismo y la llenura del Espíritu Santo y cómo cada uno de ellos afecta la vida del creyente.

El bautismo del Espíritu Santo

El bautismo del Espíritu Santo es una experiencia única que ocurre al momento de creer en Jesús como Señor y Salvador. Es un acto divino en el cual el Espíritu Santo viene a morar en el creyente y lo une a la familia de Dios. Esta experiencia es descrita en la Biblia como un bautismo, porque implica ser sumergido o inundado por el Espíritu Santo.

Experiencia única al creer en Jesús

El bautismo del Espíritu Santo es una experiencia que ocurre una sola vez en la vida del creyente. Es el momento en el cual el Espíritu Santo viene a habitar en el corazón del creyente y lo transforma desde adentro. Es un acto de gracia divina que nos une a la familia de Dios y nos da acceso a todas las bendiciones espirituales que tenemos en Cristo.

Coloca al creyente dentro de la familia de Dios

El bautismo del Espíritu Santo es un acto que coloca al creyente dentro de la familia de Dios. A través de esta experiencia, nos convertimos en hijos de Dios y herederos de todas las promesas que Él nos ha dado. Ya no somos extraños ni extranjeros, sino que somos parte de la familia de Dios y tenemos una relación íntima con Él.

No se pierde

Una vez que hemos experimentado el bautismo del Espíritu Santo, esta experiencia no se pierde. El Espíritu Santo viene a morar en nosotros de manera permanente y nos acompaña en cada paso de nuestra vida. No importa cuánto tiempo haya pasado desde que recibimos al Espíritu Santo, Él sigue trabajando en nosotros y guiándonos en nuestro caminar con Dios.

La llenura del Espíritu Santo

La llenura del Espíritu Santo, por otro lado, es una experiencia repetitiva que ocurre en la vida del creyente. A diferencia del bautismo del Espíritu Santo, la llenura del Espíritu Santo no es un evento único, sino que es algo que podemos experimentar una y otra vez a lo largo de nuestra vida.

Experiencia repetitiva

La llenura del Espíritu Santo es una experiencia que podemos buscar y recibir en diferentes momentos de nuestra vida. Es un acto en el cual el Espíritu Santo nos llena y nos capacita para vivir una vida de obediencia y hacer uso de los dones y talentos que Él nos ha dado. Es como si estuviéramos siendo llenados nuevamente con el poder y la presencia del Espíritu Santo.

Capacita al creyente para vivir una vida de obediencia

La llenura del Espíritu Santo es una experiencia que nos capacita para vivir una vida de obediencia a Dios. Cuando estamos llenos del Espíritu Santo, somos fortalecidos y capacitados para resistir la tentación y vivir de acuerdo a los mandamientos de Dios. El Espíritu Santo nos guía y nos capacita para vivir una vida que honra a Dios y refleja su amor y gracia.

Depende de la disposición del creyente para ceder el control de su vida a Dios

La llenura del Espíritu Santo depende de la disposición del creyente para ceder el control de su vida a Dios. Es un acto de rendición y entrega total a la voluntad de Dios. Cuando nos rendimos y permitimos que el Espíritu Santo tenga el control de nuestras vidas, Él nos llena y nos capacita para vivir de acuerdo a su propósito y plan para nosotros.

La diferencia entre el bautismo y la llenura del Espíritu Santo radica en su naturaleza y su impacto en la vida del creyente. El bautismo del Espíritu Santo es una experiencia única que ocurre al creer en Jesús y nos coloca dentro de la familia de Dios. Por otro lado, la llenura del Espíritu Santo es una experiencia repetitiva que nos capacita para vivir una vida de obediencia y depende de nuestra disposición para ceder el control de nuestra vida a Dios. Ambas experiencias son vitales en la vida del creyente y nos ayudan a crecer en nuestra relación con Dios y a vivir una vida que le honra.

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Misionera Estela Lovo

A quien Dios reveló el día 24 de enero de 2004 a las 4 de la madrugada, que la voluntad de Dios era que fundara EL MINISTERIO NUEVO RENACER.

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